Investigación-acción participativa (IAP)
Marlen Eizagirre y Néstor
Zabala
Método
de investigación y aprendizaje colectivo de la realidad, basado en un análisis
crítico con la participación activa de los grupos implicados, que se orienta a
estimular la práctica transformadora y el cambio social.
El
método de la investigación-acción participación (IAP) combina dos procesos, el
de conocer y el de actuar, implicando en ambos a la población cuya realidad se
aborda. Al igual que otros enfoques participativos, la IAP proporciona a las
comunidades y a las agencias de desarrollo un método para analizar y comprender
mejor la realidad de la población (sus problemas, necesidades, capacidades,
recursos), y les permite planificar acciones y medidas para transformarla y
mejorarla. Es un proceso que combina la teoría y la praxis, y que posibilita el
aprendizaje, la toma de conciencia crítica de la población sobre su realidad,
su empoderamiento, el refuerzo y ampliación de sus redes sociales, su
movilización colectiva y su acción transformadora.
En
cada proyecto de IAP, sus tres componentes se combinan en proporciones
variables. a) La investigación
consiste en un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y crítico que
tiene por finalidad estudiar algún aspecto de la realidad con una expresa
finalidad práctica. b) La acción
no sólo es la finalidad última de la investigación, sino que ella misma
representa una fuente de conocimiento, al tiempo que la propia realización del
estudio es en sí una forma de intervención. c) La participación significa que en el proceso están involucrados no
sólo los investigadores profesionales, sino la comunidad destinataria del proyecto,
que no son considerados como simples objetos de investigación sino como sujetos
activos que contribuyen a conocer y transformar su propia realidad.
La
finalidad de la IAP es cambiar la realidad y afrontar los problemas de una
población a partir de sus recursos y participación, lo cual se plasma en los
siguientes objetivos concretos: a) Generar un conocimiento liberador a partir
del propio conocimiento popular, que va explicitándose, creciendo y
estructurándose mediante el proceso de investigación llevado por la propia
población y que los investigadores simplemente facilitan aportando herramientas
metodológicas. b) Como consecuencia de ese conocimiento, dar lugar a un proceso
de empoderamiento o incremento del poder político (en un sentido amplio) y al
inicio o consolidación de una estrategia de acción para el cambio. c) Conectar
todo este proceso de conocimiento, empoderamiento y acción a nivel local con
otros similares en otros lugares, de tal forma que se genere un entramado
horizontal y vertical que permita la ampliación del proceso y la transformación
de la realidad social.
En
la IAP se siguen básicamente cuatro fases, aunque no siempre se diferencian
nítidamente unas de otras. a) La observación
participante, en la que el investigador se involucra en la realidad que
se estudiará, relacionándose con sus actores y participando en sus procesos. b)
La investigación participativa,
en la que se diseña la investigación y se eligen sus métodos, basados en el
trabajo colectivo, la utilización de elementos de la cultura popular y la
recuperación histórica. El investigador presenta al grupo los diversos métodos
disponibles para la obtención de información, explicándoles su lógica, eficacia
y limitaciones, para que aquél los valore y elija en base a los recursos
humanos y materiales disponibles. Para la recogida de información se usan
técnicas como la observación de campo, la investigación en archivos y
bibliotecas, las historias de vida, los cuestionarios, las entrevistas, entre
otros. La información es recogida, y luego sistematizada y analizada, por la
propia comunidad, siendo el papel del investigador de mero facilitador. c) La acción participativa implica,
primero, transmitir la información obtenida al resto de la comunidad u otras
organizaciones, mediante reuniones, representaciones teatrales u otras
técnicas, y, además, con frecuencia, llevar a cabo acciones para transformar la
realidad. d) La evaluación, sea
mediante los sistemas ortodoxos en las ciencias sociales o simplemente
estimando la efectividad de la acción en cuanto a los cambios logrados, por
ejemplo en cuanto al desarrollo de nuevas actitudes, o la redefinición de los
valores y objetivos del grupo (Guzman et. al, 1994).
En
cuanto a su origen y evolución, la IAP surge en los años 70, en un clima de
auge de las luchas populares y ante el fracaso de los métodos clásicos de
investigación en el campo de la intervención social. Sin embargo, sus
precedentes se hallan en el concepto de “investigación-acción” acuñado por Kurt
Lewin en 1944, entendido como un proceso participativo y democrático llevado a
cabo con la propia población local, de recogida de información, análisis,
conceptualización, planificación, ejecución y evaluación. Se trataba de una
propuesta que rompía con el mito de la investigación estática y defendía que el
conocimiento se podía llevar a la esfera de la práctica, que se podían lograr
de forma simultánea avances teóricos, concienciación y cambios sociales.
Estas
formulaciones fueron retomadas a fines de los 60 en Latinoamérica, por
diferentes iniciativas y enfoques comprometidos en la lucha contra la pobreza y
la desigualdad social. Fue clave para ello el brasileño Paulo Freire y su obra
__La pedagogía de los oprimidos, __de 1968, en la que argumenta que los pobres
están capacitados para analizar su propia realidad. En consecuencia, se asume
que la identificación y consolidación de los conocimientos y capacidades que
poseen los pobres pueden utilizarse como herramientas para su propio
empoderamiento. Esta perspectiva contribuyó a una reconceptualización del
trabajo social con los sectores vulnerables, así como a una expansión de la
educación de adultos y la educación popular.
Posteriormente,
en 1977, varios enfoques partidarios de combinar la reflexión con la acción
transformadora confluyeron en el Simposio Mundial sobre el Investigación-Acción
y Análisis Científico celebrado en Cartagena (Colombia). Fue a partir de este
encuentro cuando comenzó el desarrollo de la IAP como una metodología de
investigación participativa, transformadora y comprometida con la práxis
popular. Ahora bien, aunque el carácter participativo estaba implícito en esas
formulaciones, parece que no fue hasta mediados de los 80 cuando al concepto
investigación-acción se le añade el de “participación” y se utiliza claramente
el término IAP.
La IAP
ha contribuido al desarrollo de diversos enfoques y corrientes que, a su vez,
también le han enriquecido a ella. A pesar de sus diferencias, su
característica común es la preocupación sobre la utilidad de la investigación
para la mejora de la realidad, y entre ellos destacan: los movimientos de
renovación pedagógica, los movimientos de educación popular, las nuevas
concepciones de la educación, o los movimientos de intervención comunitaria.
Una
de sus principales contribuciones fue la realizada al desarrollo de los
movimientos populares de los años 80. La IAP comenzó a ser utilizada no sólo
para analizar problemas a pequeña escala en zonas rurales, sino también otros
más complejos como los problemas urbanos y regionales, la salud pública o la
historia del pueblo.
En
el campo de la cooperación para el desarrollo, las técnicas de la IAP han sido
aplicadas con éxito por ONG y otras agencias en campos como el cooperativismo,
la extensión agraria y la educación de adultos. En este sentido, es importante
destacar que la IAP es uno de los métodos que han servido de base a la
aparición y desarrollo de otras metodologías participativas que cuentan con un
creciente uso en el campo de la cooperación, como son el diagnóstico rural
participativo y el conjunto de los enfoques participativos.
En
los años 90, ha continuado utilizándose en el Norte en el campo de la educación
y de la intervención social con grupos de barrio, inmigrantes, enfermos de SIDA,
entre otros. Y, en el Sur, en muy diversos proyectos que van desde el desarrollo
local y la alfabetización, hasta la gestión colectiva de cuencias hidrológicas.
En todos esos ámbitos la IAP ha seguido proporcionando explicaciones de la
realidad en clave colectiva y sirviendo como herramienta de acción
transformadora. M. E. y N. Z.
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