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Materialismo histórico
La concepción materialista de la historia
también conocida como materialismo
histórico es un término acuñado por el marxista ruso Georgi Plejánov,
que alude al marco conceptual identificado por Karl Marx y usado originalmente
por él y Friedrich Engels para comprender la historia humana.
Aunque el materialismo
histórico se halla estrechamente ligado al comunismo marxista, historiadores,
sociólogos e intelectuales no ligados al comunismo marxista han tomado
elementos de aquel para elaborar sistemas y enfoques materialistas para el
estudio de la historia.
...en la producción
social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e
independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una
fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El
conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la
sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y
política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo
de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social
política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su
conciencia.
Antecedentes
La teoría materialista de Marx reconoce múltiples
influencias intelectuales y sociales:
- Del filósofo alemán Hegel, su método dialéctico.
- De los filósofos materialistas de la Ilustración, la idea de la influencia de las circunstancias y de la educación sobre las personas.
- De los historiadores franceses del periodo de la Restauración, los conceptos de clase social y lucha de clases.4
- Del economista inglés David Ricardo la fundamentación económica de las contraposiciones de clase y la teoría del valor-trabajo.
- Del socialista francés Proudhon el énfasis en el proletariado como la clase revolucionaria de la época.
- Del socialismo reaccionario, la crítica amarga de los ideales del liberalismo.
- Del socialismo de Sismondi, la crítica de las consecuencias antisociales del régimen burgués.
- De la izquierda hegeliana y del filósofo Feuerbach, la crítica de la filosofía especulativa y la idea de la religión como resultado de la autoenajenación de la esencia humana.5
- De la revolución francesa y de Blanqui, la doctrina de la dictadura revolucionaria.
- De los cartistas ingleses, la importancia de la lucha política para la clase obrera.
- Del socialismo utópico, sus objetivos últimos: abolición de las clases sociales.
La génesis del materialismo histórico
El propio Marx
detalló, en su Prólogo a la
Contribución a la Crítica de la Economía Política (1859), el itinerario
de sus estudios que le llevaron a formular su concepción de la historia y a
desarrollarla con su amigo y colaborador Engels.
El primer trabajo
emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de
la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844
en los “Anales francoalemanes”, que se publicaban en París. Mi investigación me
llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de
Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general
del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones
materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los
ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que
la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política.
En Bruselas a donde
me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor
Guizot proseguí mis estudios de economía política comenzados en París.
Marx también detalla
en el mismo texto, el desarrollo de esta nueva concepción de la historia a
partir de su cooperación intelectual con Engels. Cita como textos que utilizan
esta concepción a:
- El bosquejo de Engels sobre la crítica de las categorías de la economía política (publicado en los Anales franco-alemanes).
- El libro de Engels La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845).
- La ideología alemana, primer texto de Marx y Engels, inédito (1846).
- El Manifiesto del Partido Comunista, de 1847, junto con Engels.
- Discursos sobre el librecambio.
- La miseria de la filosofía, obra polémica publicada en 1847 y dirigida contra el libro de Proudhon Filosofía de la Miseria.
Entre las categorías teóricas centrales del
materialismo histórico se encuentran: fuerzas productivas, relaciones de
producción, modo de producción, explotación, alienación, lucha de clases, plusvalor,
y fetichismo de la mercancía.
La aplicación científica y política
El materialismo
histórico investiga la sociedad humana, tratando de hacerlo sin presupuestos
ideológicos, partiendo de los individuos empíricos y las relaciones que
establecen entre ellos. A diferencia de los enfoques que muestran al capitalismo
como un sistema estático o como el producto de una evolución
"natural" del ser humano, la investigación histórico-materialista
revela su carácter histórico y por lo tanto transitorio en el desarrollo de la
humanidad.
Marx y Engels
aplicaron esta nueva concepción de la historia al análisis de los hechos
políticos y sociales del pasado y de su época y a la creación de una nueva
corriente del socialismo, que a la toma de partido por el comunismo y la lucha
de clases proletaria sumaba el estudio científico de la sociedad burguesa y de
la transición de ésta a la sociedad comunista. Al explicar las revoluciones
políticas y sociales por la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones
de producción y por la lucha de clases, Marx y Engels combatieron tanto la
visión burguesa de la historia basada en la historia de las ideas y de los
"grandes hombres" como las corrientes socialistas que deducían la
lucha por el socialismo de los ideales abstractos de Justicia, Libertad e
Igualdad. El desarrollo revolucionario
de las fuerzas productivas bajo el comunismo hacía posible que todas las
necesidades humanas fueran satisfechas, y que el desarrollo de la producción
prescindiera de la división de la sociedad entre clases explotadoras
(poseedoras de los medios de producción sociales) y clases explotadas
(obligadas a mantener a las clases explotadoras mediante el plustrabajo). Con
este planteo, el comunismo podía concebirse como necesidad histórica en vez de
como aspiración utópica, ya que las mismas contradicciones internas del
capitalismo generaban la necesidad de revolucionar las relaciones de producción
burguesas y creaban al sujeto histórico capacitado para tal misión: el
proletariado.
De esta manera, el
materialismo histórico, tal como lo formuló Marx, se encuentra indisolublemente
vinculado a la lucha de la clase proletaria por el comunismo. Esto no significa
que sus conclusiones (sobre todo en el campo económico) no sean científicas,
sino que no están dirigidas a constituir una ciencia positiva
"neutral", sino un conocimiento científico útil para la emancipación
proletaria.
El devenir posterior del materialismo histórico en el marxismo
Tras la muerte de
Marx, Engels prosiguió con su actividad política y con su actividad intelectual
en la aplicación y la divulgación de la concepción de la historia desarrollada
por Marx y él. En su obra Del
socialismo utópico al socialismo científico de 1880,13 dice:
La concepción
materialista de la historia parte de la tesis de que la producción, y tras ella
el cambio de sus productos, es la base de todo orden social; de que en todas
las sociedades que desfilan por la historia, la distribución de los productos,
y junto a ella la división social de los hombres en clases o estamentos, es
determinada por lo que la sociedad produce y cómo lo produce y por el modo de
cambiar sus productos. Según eso, las últimas causas de todos los cambios
sociales y de todas las revoluciones políticas no deben buscarse en las cabezas
de los hombres ni en la idea que ellos se forjen de la verdad eterna ni de la
eterna justicia, sino en las transformaciones operadas en el modo de producción
y de cambio; han de buscarse no en la filosofía sino en la economía de la época
de que se trata. Cuando nace en los hombres la conciencia de que las
instituciones sociales vigentes son irracionales e injustas, de que la razón se
ha tornado en sinrazón y la bendición en plaga, esto no es más que un indicio
de que en los métodos de producción y en las formas de cambio se han producido
calladamente transformaciones con las que ya no concuerda el orden social, cortado
por el patrón de condiciones económicas anteriores. Con ello queda que en las
nuevas relaciones de producción han de contenerse ya -más o menos
desarrollados- los medios necesarios para poner término a los males
descubiertos. Y esos medios no han de sacarse de la cabeza de nadie, sino que
es la cabeza la que tiene que descubrirlos en los hechos materiales de la
producción, tal y como los ofrece la realidad.
Sin embargo, ya en
vida de Marx hubo epígonos que distorsionaron esta concepción convirtiéndola en
un mero determinismo económico. Engels denuncia esta situación en su carta a
Joseph Bloch de 1890, en la cual, si bien reivindica que la causa última de los
cambios sociales se encuentra en las condiciones económicas, esto no significa
que esta influencia sea unilateral e inmediata ni que pueda explicarse cada
cambio social a partir de la economía. Engels admite que esta malinterpretación
economicista del materialismo histórico se debe a que, en su polémica con los socialistas
utópicos y con otros sectores que negaban la influencia de la economía, Marx y
él se vieron obligados a resaltar el rol de las condiciones económicas sin
darle la importancia que se merecía a las condiciones extra-económicas.
De teoría revolucionaria del proletariado a ciencia positiva
Karl Korsch ha
argüido en sus obras Marxismo y
filosofía (1923) y Karl Marx
(1938) que el materialismo histórico marxiano tal como fue heredado por la
socialdemocracia alemana dejó de ser una teoría crítica con finalidades
prácticas para pasar a ser una doctrina de análisis positivo de la realidad y,
por lo tanto, el fundamento de una ciencia positiva. Según Korsch, esta
desviación dogmática tiene su raíz en el marxismo original, debido a su
dependencia de la filosofía heredada de la burguesía y la influencia en Marx y
Engels de la tradición revolucionaria jacobina de la revolución francesa.
Debido a esta
disociación entre la teoría histórico-materialista y su aplicación para la
lucha de clases proletaria, se cimentó la creencia de que la dialéctica
materialista marxiana podía ser utilizada como elemento para la investigación
científica positiva incluso fuera de las ciencias sociales. Un ejemplo de esto
es la obra de Engels Dialéctica de la
naturaleza.
Otros enfoques materialistas de la historia
Fuera del campo del
materialismo histórico de Marx, existen otros métodos de investigación
histórica para los cuales los rasgos definitorios de las sociedades humanas y
la evolución histórica de las mismas ha estado determinada o fuertemente
condicionada ante todo por factores materiales (tecnología disponible, sistema
de producción, características geográficas y climáticas). Debido al intento de
establecer las ideas del materialismo histórico de modo independiente a la
versión marxista del mismo, se han acuñado términos nuevos como: materialismo cultural, funcionalismo ecológico, determinismo geográfico, determinismo económico, y otros, que
pueden ser considerados como concepciones materialistas de la Historia.
Diversos autores académicos como Jared Diamond o Marvin Harris han tratado en
detalle la evolución histórica de extensas áreas geográficas, y tratado de
explicar rasgos definitorios de la sociedad a partir de factores materiales,
señalando que este tipo de factores son los preponderantes cuando se trata de
entender la evolución de las sociedades y las civilizaciones.
Maurice Godelier,
entre otros tantos, se proponía mostrar cómo el marxismo constituía el modo
adecuado de abordar la historia de forma científica. Y con ese objetivo,
intentaba satisfacer todas las exigencias epistemológicas, todos los requisitos
formales para la comprobación del estatuto científico del campo de la historia.
«El materialismo
histórico no es un modelo más de la historia, no es una filosofía de la
historia; constituye ante todo una teoría de la sociedad, cuya hipótesis sobre
la articulación de sus niveles internos y sobre la causalidad específica y
jerarquizada de cada uno de sus niveles. Haciendo posible el descubrimiento de
la forma y de los mecanismos de esa causalidad y de la articulación, demostrará
el marxismo su capacidad de ser el instrumento de una verdadera ciencia de la
historia»
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